LA CULTURA ¿QUIMICAMENTE PURA? L eonardo da Vinci

LA CULTURA

¿QUIMICAMENTE PURA?

L

eonardo da Vinci (1452-1519) descubierto por muchos gracias a la película “Código da Vinci” y su contemporáneo Miguel Ángel, fueron arquitectos, pintores, escultores, inventores. Los autores de

la Gioconda

o de

la Basílica

de San Pedro podían abarcar gran parte de los conocimientos de su época. Es verdad que el mundo era “mas pequeño” y podían investigar o trabajar sin ser asaltados por imágenes que saturan la mente. O por las melodías de carros y máquinas. El silencio (visual y auditivo) que rodeaba a los genios del renacimiento italiano seguramente les facilitaba la creación.

Hoy en 2007, vivimos inmersos como en una piscina, en el ruido del mundo “moderno”. Los conocimientos y la posibilidad de conocerlos aumentan diariamente, limitando nuestra capacidad de alimentarnos en informaciones o del saber. Igualmente, los actos producidos por el hombre, gobiernos o sistemas son inmensos, pudiendo interesarnos solo en algunos de ellos. Así, somos expertos en fútbol, política peruana, hechos policiales o emisiones de televisión. Al resto de los conocimientos no le prestamos atención. Y los profesionales son especialistas solo en carreteras, tunas o próstatas Como si los ingenieros, médicos o abogados fuesen químicamente puros.

Me temo que también la cultura y sus productores manuales e intelectuales estamos siendo aislados del resto de los sucesos del mundo. No deberíamos  encerrarnos en nuestra especialidad y más bien vivir atentos a lo que pasa aquí, muy cerca, en provincias o lejos, como en Irak. Y no simplemente para describirlos; esto lo hace mejor, o peor, un reportaje televisivo. A diferencia de la sociología o historia, el arte devela lo oculto a través de la emoción; nos muestra lo “indecible”. El artista tiene que ir más allá de las apariencias sirviéndose de la imagen, la música o la literatura.

No puede ser indiferente o ignorar hechos como lo informado por el Defensor del Pueblo en México: que cerca de 4.745 inmigrantes han perdido la vida al intentar cruzar la frontera con Estados Unidos en los últimos trece años. Y todos deberíamos interrogarnos del porqué estos hechos no merecen primeras planas de diarios o noticieros… Pero si, los líos de Magali, Beto Ortiz o del perro del hortelano.