CUARTA ESPADA, ¿HASTA CUANDO TU SILENCIO? U na
CUARTA ESPADA, ¿HASTA CUANDO TU SILENCIO?
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na gran mayoría de los jóvenes que han llegado a este mundo en medio del silencio de los toques de queda de los años 80 se preguntarán: ¿que es eso de primera o cuarta espada? Lo que si seguramente conocen son las resplandecientes espadas rojas o verdes de los episodios IV o V de “Guerra de las galaxias”
No estoy seguro que sus hermanos mayores o nosotros los padres de esa generación, conozcamos profundamente la naturaleza de ciertas espadas luminosas que anduvieron buscando hundirse definitivamente en ríos de sangre, sobre todo en las alturas de los andes. Como tampoco recordamos los nombres de los que esgrimen las fosforescentes espadas en naves espaciales en "Una nueva esperanza"(1977), el primero y mejor episodio cinematográfico.
Si deseamos refrescar la memoria sobre nuestra historia real, para comprenderla mejor y no repetir los mismos errores, pueden ayudarnos dos libros desiguales:
1.- CUARTA ESPADA. De Santiago Roncagliolo. Subtitulada comercialmente como “La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso” no es una tesis, ni una historia o un libro académico, “… sino para cualquiera que quiera saber quién era Guzmán y cómo hizo lo que hizo…” como dice su autor. Y en efecto, se puede leer como una modesta novela. “Cuarta espada” intenta mostrar, sobre todo a las nuevas generaciones, algunos aspectos menos conocidos de esos años de plomo o de la hora de los hornos, como dicen los italianos o argentinos refiriéndose a sus respectivos periodos de violencia extrema que también vivieron.
Roncagliolo ya tocó el tema de la violencia en las calles huamanguinas durante cierta semana santa, en su novela ganadora de un premio en España: “ABRIL ROJO”
2.- ¿HASTA CUANDO TU SILENCIO? En cambio este libro publicado por la ANFASEF la Historia
Por todo ello el silencio es inaceptable. Tanto de las cuartas espadas, como de bayonetas militares. Porque frente a tanta barbarie cometida, sus principales responsables no pueden salir del escenario sigilosamente, disimuladamente. Al igual que todos nosotros.
(En diario La Calle del 21.11.07)