VIOL, VIOLENCIA, VIOLETA… VIOLENTISTA (En diario

VIOL, VIOLENCIA, VIOLETA… VIOLENTISTA

(En diario LA CALLE, Ayacucho, 13.03.2008)

C

uando menos de una docena de hombres sin armas sofisticadas hicieron caer las torres gemelas en el corazón de Nueva York, los norteamericanos se dieron cuenta que eran tan vulnerables como cualquier país de la tierra. Para exorcizar este “descubrimiento” el gobierno de Bush, invadió IRAK con un discurso que acusaba de ANTIPATRIOTA, es decir anti-norteamericano, a cualquiera que se oponía a esta guerra, que, recordemos, ya ha ocasionado unos 100,000 muertos en el pueblo de Irak.

Este trabajo propagandístico de transformar el significado de las palabras y hacerlas aceptar como verdades reveladas, es lo que se puede observar en Ayacucho. Si, de Nueva York pasemos a Ayacucho. En el país del norte expresar una discrepancia, oponerse a la invasión del Irak, se convirtió en un acto antipatriótico. Y en este “rincón de muertos” nos están haciendo creer y aceptar que si manifestamos, reclamamos o protestamos (1), nos pueden acusar de VIOLENTISTAS… Por lo tanto, mejor quedarnos en casa o simplemente mirar pasar la procesión.

Se está intentando, con cierto éxito, hacer una amalgama perversa, mentirosa e hipócrita entre lo que fue la violencia de los años 80 que tanto ha hecho sufrir, particularmente Ayacucho, y las manifestaciones o protestas de los actuales años benditos del partido de la estrella, en contra de sus leyes de la selva, prepotencia y soberbia.

Creo que las palabras significan en la práctica, lo que nosotros queremos o aceptamos que signifiquen o quieran decir. Por lo tanto deberíamos tener mayor vigilancia a la intención que hay al calificar con ciertas palabras a ciertos actos. Entonces las palabras violentista o violencia, violación o violeta, son evidentemente PALABRAS. Pero palabras que pueden ser empleadas con un significado u otro. Para lograr un objetivo u otro. O perder su “peso” y ser apenas fórmulas huecas, como las frases magníficamente pronunciadas en nuestras oficinas del tipo: “ahorita vuelve” o “no se preocupe, estará listo para mañana”

Felizmente que las palabras también pueden llevarnos al mundo de la poesía como lo hace Silvio Rodríguez:

Ha pasado que el llanto se convierte en palabras,

ha pasado que un hombre se convierte en palabras,

palabras, palabras, palabras a granel.

(…) ha pasado que el mundo se convierte en palabras,

ha pasado que todo se convierte en palabras,

palabras, palabras, palabras a granel.

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(1) PROTESTAR v. tr. (lat. protestari)

   - Mostrar vehementemente disconformidad y oposición.

   - Afirmar con ímpetu un sentimiento, una actitud, una opinión.

    © El Pequeño Larousse Interactivo, 2000