LO QUE EL VIENTO SE LLEVO (En diario LA CALLE del

LO QUE EL VIENTO SE LLEVO

                                                           (En diario LA CALLE del 20.02.08)

Si, es el titulo de varias historias de amor contadas en casi cuatro horas y que al parecer resisten a los vientos del tiempo. Es una obra cinematográfica que ha conseguido inscribir en la memoria de varias generaciones del siglo pasado, rostros e imágenes como si fuesen algunos miembros de la familia. Nos referimos a Clark Gable y Vivien Leigh (1).

Es una obligación invitarles a descubrir o volver a ver este clásico de la historia del cine, cuyo titulo tiene un perfume de nostalgia. La sola frase “Lo que el viento se llevó” hace desfilar en nuestra memoria tantas cosas que nos hubiera gustado se queden inmutables. Tanto historias personales, como sociales o políticas.

En efecto, en estos tiempos de gigantescas demagogias eructadas desde las mas altas esferas del poder o de modestos auto-engaños dominicales pensando que somos patriotas si desfilamos obligatoriamente, ¿como no tener nostalgia de un poco más de coherencia y de modestia? Si, de menos hipocresía, de mayor autenticidad y de menos culto a la apariencia.

Como no extrañar por ejemplo mayor consideración a la realidad cotidiana y persona de los maestros, sobre todo desocupados. Ese vasto sector de peruanos de-formados por la mentalidad estrecha de los mercaderes de la educación a quienes, no por casualidad, un cierto Fujimori les abrió las compuertas.

¿Como no exigir más respeto para los hombres y mujeres que tienen como paisaje, riachuelos, tierras poco fértiles y el silencio de las montañas? ¿Como no pedir una atención digna hacia ellos, al igual que a los representantes de lo nuevos paraísos terrestres que serían los países de la APEC?

Si, por un lado están los Giampietri limpiando alfombras para recibirlos, amenazando a las regiones si aguan la fiesta; y por otro los campesinos o maestros, extranjeros en su propio país, que pretenden no ser tratados como cifras macro económicas, sino sobre todo, como personas con dignidad y derechos. Pero mas bien se saca al ejército y se cubren los disparos a huelguistas nativos… matando a dos campesinos en Ayacucho.

En fin,  hay tantas otras cosas que el viento estrellado de cambios responsables se los está llevando hacia comarcas de la nostalgia. Y los habitantes melancólicos de justicia, son tildados de contrarios a la modernidad por el líder de un partido que se llamó revolucionario. Hoy soñando encabezar en América Latina otra revolución, la conservadora, la reaccionaria. 35 años después de Pinochet.

(1) Se proyectará este domingo 24 en el C. Cultural del jirón 28 de julio, a las 6 p.m.