MEJOR LEER PÁGINAS EN BLANCO E n algún momento
MEJOR LEER PÁGINAS EN BLANCO
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n algún momento todos sentimos cierta fatiga o frustración al tener la impresión de no encontrar nada interesante en las informaciones disponibles. Si nos detenemos en los quioscos de la Plaza Mayor
Si atravesamos la Plaza Mayor
Las informaciones-espectáculo se nos presentan listas para el consumo. La “magia” de la pantalla, las noticias en directo y en colores, ocultan la naturaleza de la información. Por ejemplo de quienes los han fabricado, que otras informaciones no se han transmitido y porqué, etc. Nos dejamos hipnotizar por la forma, en desmedro del fondo de la noticia mostrada.
Se necesita una fuerte dosis de mirada crítica, de distanciamiento frente al discurso transmitido, para “ver” que hay detrás de lo dicho desde esa ventana, reina de nuestras salas. Y este trabajo de cuestionamiento, de atención o de duda, necesita energía… Y al final del día, ya tenemos poca.
Es innegable el declive generalizado de la lectura de libros, acaso inevitable frente a otras fuentes de conocimiento e información como la TV
En los centros educativos, donde normalmente se prepara a comprender el mundo, ya deberían existir “Cursos de lectura de imágenes y nuevos medios de comunicación”. Si, de COMUNICACIÓN, es decir de esos intermediarios que pueden servir para “co-mu-ni-car” y dialogar con el otro, con el vecino, con el país de al lado.
Por todo ello, hay momentos que más bien dan ganas de leer páginas en blanco o tener las ventanas televisuales apagadas, mudas. Y aprovechar el tiempo liberado, para “escribir” mentalmente nuestras propias ideas, versiones o interpretaciones del mundo; lejano o cercano. De este “Mundo ancho y ajeno” como ya lo veía Ciro Alegría, escritor injustamente olvidado.