LA GUITARRA ENTRÓ A AYACUCHO POR LA PUERTA GRANDE

LA GUITARRA ENTRÓ A AYACUCHO POR LA PUERTA GRANDE

Por Felipe López Mendoza

(En diario La Calle del 10.12.08)

E

n realidad como todos sabemos hace siglos que está aquí, pero sus ancestros vinieron desde tierras muy lejanas: “…Existen evidencias arqueológicas de que en 1400 a. C. los hititas crearon instrumentos de cuerda parecidos a la lira… pero con el agregado de una caja de resonancia, por lo que serían antecesores de la guitarra” (1). La palabra guitarra se originaría del sánscrito: GUĪT y TAR (Cítara). Cuando en España convivían judíos, cristianos y árabes, estos últimos llevaron consigo su “laúd”. Luego de estos largos viajes e influencias, obtuvo su forma actual y los chavales conquistadores nos trajeron también esta femenina forma.

Algo en las tristezas o sueños de la Guamanga rojiza y árida, hizo que se aclimatara muy bien por aquí. Y desde esos años, la guitarra siempre se ha paseado en sus calles y casas, dejando muchos descendientes que habitan nuestros sentimientos y recuerdos. La nostalgia de la “guitarra ayacuchana” o los silencios entre dos notas, se podían escuchar muy bien al pasar por la puerta de una tienda, por ejemplo en San Juan Bautista. Tiendas donde al comprar chaplas o velas nos daban yapa, pero de melodías de guitarras que desde la penumbra se escapaban hasta la calle.

Hoy, en tiempos globalizados, tienen que batallar duro hasta tocar los oídos, porque todos los sonidos o ruidos del mundo nos llegan instantáneamente y al mismo tiempo. Nuestras orejas ahora prestan mayor atención a los sonidos celestiales de los celulares, o a los altoparlantes que braman marchas o discursos en desfiles y otros espectáculos de distracción dominical.

Por ello decimos que VOLVIÓ. Porque ya lo estaban silenciando empujándolo a ausentarse discretamente, como el Doctor Raúl García Zarate. Quien, muy simbólicamente, en su presentación final en el “Ier Festival Internacional de la Guitarra” nos dijo a través de su guitarra: ¡ADIÓS, PUEBLO DE AYACUCHO!

Para que este adiós no sea definitivo, y de todos los guitarristas, se hacía indispensable un evento de la calidad y dimensión del Festival que acaba de realizarse gracias al esfuerzo evidente de muchas voluntades. Voluntades que se comprometieron más allá de las obligaciones burocráticas de varias instituciones estatales y de la naciente “Asociación Ayacuchana de la Guitarra”

Este evento revela la necesidad de implementar en la Región, una GERENCIA específica al trabajo cultural. Si, porque es ya una exigencia posible, el realizar manifestaciones de calidad para la población de esta Guamanga que no solo tiene apetito de consumir en tiendas multinacionales, sino también desea alimentarse de sensibilidad, de belleza musical, visual o teatral.

La existencia permanente de un servicio cultural de nivel profesional, habría ahorrado a los responsables del evento, el trabajo de estar circulando por todos los pasillos del Teatro Municipal, compitiendo en visibilidad con los guitarristas que creaban sonidos flamencos, andinos o blues. Como también perturbaron imperdonablemente, los que llegaban tarde e ingresaban a la sala en medio de melodías que merecían mas respeto.

Accidentes digamos naturales, en un Ier Festival, que no deben empañar su éxito y la necesidad de realizarla por ejemplo cada dos años. Pudiendo ampliarse a las guitarras de Pampa Cangallo, a la brasileña y porqué no, hasta el laúd de Irak. Ayacucho lo merece, y puede realizarlo.

(1) http://es.wikipedia.org/wiki/Guitarra#Historia