AYACUCHO, BATALLA FINAL POR LAS CALLES DEL CENTRO
AYACUCHO, BATALLA FINAL POR LAS CALLES DEL CENTRO
(Ayacucho, 14.05.2008)
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os grupos humanos y de animales, antes de pelear por el control de territorios o de la comida, siguen haciendo demostraciones de fuerza, rituales, danzas o desfiles. Se ponen máscaras o pintan las caras; fanfarronean mostrando sus armas, profieren gritos de guerra, se disfrazan, se camuflan, etc. Basta ver el espectáculo dominical de nuestros bravos compatriotas, desfilando uniformados como si estuvieran en el desierto de IRAK junto a sus modelos, los marines norteamericanos.
Y hoy en Ayacucho se preparan combatientes a lo que parece será una batalla más por el control del territorio salvaje de las estrechas calles huamanguinas. Si, como en épocas primitivas ya no hay espacio para dos o tres “tribus”. Así tenemos a la izquierda: los transeúntes, vecinos, habitantes y algunas autoridades; a la derecha los vehículos motorizados, públicos, privados, de carga pesada, taxis, líneas, combis. Y en primera fila, los más agresivos: las moto-taxis.
¿Territorio salvaje? Si, porque Ayacucho debe de ser una de las raras ciudades del mundo donde sus habitantes tenemos el “derecho de exigir” que las moto-taxis, líneas, combis, pasen y nos dejen en la puerta de nuestras casas, trabajo u oficina. Subiendo y bajando en cualquier punto de la calle. En medio de la pista, en la esquina, bloqueando todo el tránsito varias veces en una cuadra, perfumando con humo negro a los transeúntes… Y tenía que llegar el momento de saturación. Ya no hay espacio. O son ellos, los vehículos y sus gases tóxicos, o nosotros.
Todavía en enero del 2007 esta columna orientó el reflector hacia esta batalla a venir. Decíamos: “En Ayacucho cada día aumenta el número de vehículos motorizados. Pero también de sus habitantes. Teniendo el mismo espacio de circulación para ambos, es evidente la necesidad de establecer prioridades…
Es una ilusión, ingenuidad o irresponsabilidad proponer reabrir a los vehículos los jirones 28 de Julio y Asamblea argumentando que disminuiría el tráfico en Libertad o Tres Máscaras. Dado el aumento cotidiano de vehículos que irá acentuándose, dichas calles continuarán saturadas como hoy. Los transeúntes ya se han apropiado de las cuatro cuadras peatonales liberadas de gases tóxicos, para caminar, conversar, VIVIR...”
Y decíamos al Sr. Alcalde, siempre por intermedio de PAISAJES: “… La agresión a nuestra salud es de una total irresponsabilidad, sin un mínimo respeto y solidaridad ciudadana. ¿Podemos imaginar que los propietarios de casas orienten sus tubos de desagüe hacia la calle, vomitando las aguas usadas del baño a los transeúntes?… Es exactamente lo que sucede con los humos tóxicos que nos arrojan a pleno rostro muchos dueños de combis, vehículos privados y oficiales, incluyendo los de la Policía, camiones, autos, moto taxis, etc.
Y cual simple “bazallo deste rreyno de las Yndias”, como decía Gvaman Poma, me permitía sugerir dos decisiones urgentes que mas temprano que tarde se debe tomar:
PARADEROS DE LINEAS obligatorios para vehículos y pasajeros, cada 2, 3 o 4 cuadras, favoreciendo la fluidez del tránsito, la seguridad y comodidad de todos y ahorrando costos de combustible a los transportistas…
PARADEROS FINALES DE MOTOTAXIS. Las calles son como las acequias de regadío, si no se limita el torrente de agua, se desbordarán. Como la población seguirá aumentando al igual que los vehículos, es urgente establecer paraderos finales decentemente acondicionados (con asientos, baño público, seguridad, etc.) Acaso del Puente Nuevo, Alameda, Hospital o Magdalena ¿no podemos caminar unas cuadras hasta el mercado, DREA, bancos o Alcaldía? Pero el caminar tiene que ser seguro y agradable, sino continuaremos refugiándonos dentro de ruidosos y tóxicos vehículos…”
Y nosotros pobres mortales ¿continuaremos siendo espectadores? ¿Qué partido tomaremos?
(Ayacucho, 02.2008)