BOLIVIA ¿BLANCOS SEPARÁNDOSE DE INDIOS? C

BOLIVIA ¿BLANCOS SEPARÁNDOSE DE INDIOS?

C

iertamente que la situación actual del país vecino es bastante compleja para analizarla completamente en una columna modesta como PAISAJES. Tendríamos que conocer mas a su presidente indígena, su nueva constitución inconclusa, visitar las nacionalizaciones o los nuevos contratos dignos de un país soberano con las empresas multinacionales, aquí “sacralizadas e intocables”, sin olvidar el movimiento migratorio de colonos y ex trabajadores de las minas hacia zonas fértiles y cálidas, etc. etc.

Cuando Bolivia emerge en diarios y noticieros no puedo dejar de recordar una de las mejores películas realizadas en América latina de los años 60-70. Época cuando una mítica hornada de cineastas de Brasil, Chile y Argentina deciden militar en el cine y no en un partido político, con “una cámara en la mano y una idea en la cabeza” - uma cámara na mao, uma idea na cabeça –como decía Glauber Rocha en Brasil y su cinema novo.

A esta generación que nadie llamó izquierda caviar o perro del hortelano y menos terroristas (¡cuanto hemos caído ahora!!!), pertenece el cineasta boliviano JORGE SANJINES quien en 1971 filma “EL CORAGE DEL PUEBLO”. Una conmovedora e incómoda película sobre el asesinato de mineros en la mina Siglo XX el año 1967. Conocido en la historia boliviana como la masacre de la noche de San Juan, este genocidio fue ejecutado por el ejército para destruir un movimiento sindical vinculado a la guerrilla del Che Guevara, en Bolivia.

En esta película ya se podía ver la desesperanza, el porvenir bloqueado, la tristeza, la impotencia y la nostalgia de campesinos trabajando en socavones en condiciones de semi-esclavitud, bajo la supervisión de la “fuerza” y brutalidad de soldados, igualmente indígenas, cumpliendo órdenes de empresas mineras y de gobiernos sin dignidad.

El presidente EVO MORALES pertenece a esta historia, no tan lejana.

Ayer, lejos de los socavones mineros, una gran parte de la población de Santa Cruz ha realizado y aprobado un referéndum para disponer de mayor autonomía. Sus alcances, cambios en la vida política y económica boliviana merecen mayores análisis que intentaremos ofrecerles en

la HOJA DE

RUTA, suplemento cultural de este diario.

Lo que si deseo compartir ahora con ustedes es una lectura de las imágenes de los actores de este referéndum. Son imágenes que causan temor, anuncian sociedades organizadas y separadas por razas y/o culturas. Se puede ver demasiada separación de rostros, colores y rasgos físicos “en el campo de batalla”. Por un lado casi solo blancos que transmiten la soberbia de ser ricos y diferentes de los indígenas, proclamando y exigiendo “…una nueva república, hacia un moderno Estado” Al otro lado, indígenas aymaras o quechuas que por el momento tienen el poder central en

La Paz

, representados por una imagen simbólica fuerte: el del indígena Evo Morales.

Les invito detenerse y observar en las fotos o noticieros de TV estos grupos o rostros, los de Santa Cruz y los de

La Paz. En

las imágenes se puede ver actitudes de superioridad del que se cree mejor, de otra clase, queriendo imponer sus reglas de juego,  invocando la “modernidad”. En los rostros, el diálogo comienza a estar ausente. Lo cual puede derivar a mayor aislamiento, intolerancia, exclusión.

En todo caso, las imágenes bolivianas deberían llamarnos la atención para trabajar y mantener los puentes de convivencia, tolerancia y solidaridad entre nuestras propias sangres: la de los puneños, cuzqueños, huancaínos, ayacuchanos, de los de lima, del norte, selva. En fin, come ya decía el “barro pensativo” César Vallejo: ¡Ah! Desgraciadamente… hay, hermanos, muchísimo que hacer.